Los últimos debates televisivos por la presidencia de los Estados Unidos protagonizados por Donald Trump y Hillary Clinton han sido motivo de expectación mediática en todo el mundo. Y no es de extrañar que así sea, pues no solo opta a la presidencia de la Casa Blanca la primera mujer -blanca y norteamericana- en la historia de los Estados Unidos, sino que también, por primera vez, hay un candidato que está haciendo todo lo posible para ser el más polémico de todos los tiempos. Al señor Trump no le gana nadie en cuanto a ser el candidato más odiado, de hecho, no le quieren ni en su casa. En el Partido Republicano están deseando que meta la pata otra vez para que renuncie de una vez por todas. Y cada vez que abre la boca y suelta alguna barbaridad, pierde apoyo de sus inversores. Pero no, nadie consigue que dimita. El fenómeno Trump es imparable, ni siquiera la prensa ha conseguido inmutarlo al publicar un video -totalmente deleznable- de Trump en el que presumía de tirar los tejos a mujeres casadas y besarlas sin ningún tipo de permiso. De momento ya ha perdido el voto de los inmigrantes hispanos y ahora el de las mujeres, además del voto del sentido común, claro está.
Cada vez que hay un debate presidencial las redes sociales arden y el mundo entero se mantiene expectante para ver cuál será la última desfachatez que dirá Trump. Ya van dos debates y ambos han sido auténticas bombas mediáticas. Las marcas se pelean por tener su espacio publicitario en los correspondientes entreactos como si de una Super Bowl se tratase. Y es que, últimamente, al menos en lo que respecta al enfrentamiento entre Trump y Clinton, este tipo de eventos televisivos, que en un principio buscan únicamente satisfacer el interés político de los ciudadanos, se están convirtiendo en auténticos shows mediáticos: pura carnaza de memes en Twitter.
Como es habitual siempre que un tema está de moda, los diseñadores gráficos aprovechan para condensar su imaginación y crear piezas ad hoc. Entre todas las que he visto, hay una que me ha llamado especialmente la atención. Se trata del proyecto “Trump X Hillary: I Love to Hate You” del ilustrador Butcher Billy, quien nos invita a que imaginemos a los dos candidatos cómo serían si fuesen personajes de la cultura pop. Entre los mashups destacan los de: Darth Vader y la Princesa Leia, la Reina de Corazones y el Sombrerero Loco, Bob Esponja y Patricio y El Joker y Harley Quinn.
Molan, ¿eh?