Hace cuestión de pocos meses que Francia, la anfitriona de la Eurocopa 2016 -el mayor torneo de la UEFA (Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol) a nivel europeo entre selecciones-, perdió su final contra Portugal. Independientemente de eso, su condición como anfitriona fue inmejorable y su imagen corporativa, a cargo de la agencia portuguesa Brandia Central -ironías de la vida-, fue claramente impecable: todos sus elementos estaban perfectamente cohesionados y entrelazados por el hilo musical de David Guetta y Zara Larsson que, además de ser el hit del verano, consiguió que el jubilo de la afición no cesara en ningún momento.

Si contamos que la expectación de este tipo de acontecimientos ha ido in crescendo a lo largo de los años y dentro de cuatro años el torneo cumplirá 60 aniversario, así pues, coincidiréis conmigo en que la UEFA sí o sí debería de preparar algo especial de cara a la Euro 2020, ¿o no? Pues efectivamente, la organización ha decidido hacer algo extraordinario y, en vez de celebrar la edición en un solo país, ha decidido repartirla por todo el continente europeo en 13 ciudades distintas: Londres, Copenhague, Bucarest, Amsterdam, Dublín, Bilbao, Budapest, Bruselas, Glasgow, Múnich, Bakú, San Petersburgo y Roma. ¡Casi nada!

La propuesta visual de la Euro 2020 ha sido desarrollada por Y&R Lisboa y las primeras impresiones son gratificantes. Por un lado, el imagotipo conserva la misma línea artística que su antecesora: la tipografía del logotipo se basa en el mismo patrón que la anterior y el trazo ilustrativo del isotipo se mantiene prácticamente idéntico (mismo círculo y misma copa).

En cambio, si que hay algunas novedades significativas que hacen que este diseño no pierda originalidad. Y es que no podemos olvidarnos de que esta edición se caracteriza principalmente por la creación de nuevos vínculos afectivos entre distintas culturas: un mapa repleto de puentes multiculturales. Por lo tanto, era de esperar que el motivo en cuestión tuviese cierta relevancia, de hecho, es el main concept que orquesta todo el conjunto.
Hasta ahora parece que cada host city tendrá su propia estampilla con uno de sus puentes más emblemáticos. Por ahora solo conocemos dos: la de Londres con el Tower Bridge y la de Roma con el Puente Sant’Angelo.
Cabe destacar que todo esto no hubiera sido posible sin la sobresaliente aportación de Nébula y Homem Bala, quienes se han encargado de producir toda la digitalización en 2D y 3D de las imágenes y vídeos de presentación de las ciudades.
En fin, no cabe duda de que el reto de encontrar una expresión visual que consiguiese ser universal era un camino cuando menos ambicioso a la par que arriesgado. Contentar a todo el mundo no es fácil y excederse en algunos aspectos puede tener repercusiones inesperadas. En estos casos, los pequeños detalles son los que cobran más importancia y los que más en cuenta hay que tener. En general, el resultado final no decepciona. El concepto de los puentes se ha conseguido plasmar a la perfección de una forma atractiva, mientras que el isotipo en sí transmite poco -las siluetas de colores no terminan de cuajar- y da la sensación de que se ha desaprovechado la oportunidad de crear una pieza que hubiese podido hacer historia.





